Post 1851: Noches de desenfreno, mañanas de Ibuprofeno
Noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno.
Todos hemos oído (o experimentado) esa famosa frase que recordamos al ser víctimas de la resaca. Pero, ¿qué hay de cierto en ese, y en todos los supuestos remedios caseros que alivian el malestar tras unas copas de más? Desgraciadamente, muy poco. Y es que para no tener resaca lo mejor es, atendiendo a la lógica, no beber.
Pero como a la gran mayoría de la gente le gusta despedir el año brindando, o tomando algo con los amigos, lo mejor es conocer lo que sí podría ayudar, aunque sea un poco, a aliviar los síntomas.
La deshidratación ¿la base del problema?
Aunque parezca obvio, tener tanta sed tras haber bebido alcohol deja en evidencia la importante deshidratación que provoca su consumo. En este sentido, hay estudios que basan en ella el origen de la resaca, aludiendo a su acción diurética. Es por eso por lo que muchos médicos han basado sus recomendaciones en tomar mucha agua antes, durante y después de haber bebido. De la misma manera, beber agua ayudará a eliminar los restos de alcohol en el organismo a través de la orina. En este sentido, los expertos explican que pequeño porcentaje de él es procesado por los riñones, aunque la mayoría pasa por el hígado disuelto en el corriente sanguíneo.
¿Comer antes o después?
Antes. Aunque el alcohol que ingieras sea el mismo hayas, o no, comido previamente, lo cierto es que hacerlo ayudará a que su absorción sea más lenta. Un tiempo que el hígado puede aprovechar para desintoxicarse. Y para incrementar más aún este efecto es preferible elegir alimentos ricos en grasas como aceitunas, frutos secos o queso. Y también aquellos ricos en vitamina B, una de las más perjudicadas por las copas.
Un ejemplo de cena anti-resaca sería un filete de ternera con verdura, una tortilla francesa con aguacate o un plato de garbanzos.
Cómo deshacerse de las toxinas?
Otra de las causas de la resaca es la intoxicación provocada por el acetaldehído. Una sustancia tóxica producida por el hígado, a partir del alcohol, para poder procesarlo. No obstante, esta es más peligrosa que la propia bebida, y circula por el organismo hasta pasar de nuevo por el órgano implicado. Por eso, reponer líquidos y hacer ejercicio son dos soluciones baratas, y naturales, de eliminar las toxinas mediante la orina y el sudor.
El ejercicio físico es recomendable, además, para que el alcohol no afecte (más) a la línea. Y es que después de tomarlo el cuerpo deja de quemar con normalidad las reservas de grasa, sustituyéndolas por las toxinas generadas por el hígado tras su asimilación.
Échale huevos (al desayuno)
Si bien una hamburguesa mañanera no ayudará a reducir la resaca, empezar el día con una comida rica en 'cisteína' sí lo hará. Y este aminoácido está presente, y en generosas cantidades, en los huevos. Su efecto desintoxicante y antioxidante disminuye la influencia de los radicales libres y favorece la digestión del alcohol y los problemas hepáticos. Eso sí, mejor si son cocidos o a la plancha, ya que grasas se procesan por las mismas vías metabólicas que este, interrumpiendo su asimilación.
(Lo que debes (y no debes) hacer para combatir la resaca - Artículo de "El Mundo")
MadPea
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